El impacto del TTLC sobre el sistema agroindustrial porcino mexicano.

El impacto del TTLC sobre el sistema agroindustrial porcino mexicano.

La participación de México en el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá (TLC) forma parte de la política de apertura comercial mexicana, iniciada en 1986 con la adhesión de nuestro país al Acuerdo General de Tarifas y Comercio (GATT), cambiando bruscamente su tradición proteccionista. En este tratado se conjuntaron intereses de los tres gobiernos para formar la región de libre comercio de Norteamérica, en correspondencia a la tendencia mundial de formación de bloques comerciales. El análisis de las consecuencias que tiene para México la firma de dicho tratado, a casi tres años de iniciado, requiere de una revisión del comportamiento de los intercambios comerciales originados, y de la evolución y cambios estructurales realizados en los diversos segmentos del Sistema Agroindustrial Porcino (SAIP), partiendo de la producción primaria y concluyendo con el consumo. La inclusión de la porcicultura en el TLC se dio bajo un margen de múltiples protestas. Académicos, investigadores, líderes de los porcicultores y los porcicultores mismos coincidían; los más reservados, en manifestar sus dudas y los más decididos, su oposición a la inclusión de la porcicultura en el Tratado. Dicha oposición se fundamentaba en la falta de competitividad del SAIP mexicano, atribuible a costos de producción promedio en México superiores (entre 40 y 56%) a Estados Unidos; productividad promedio, medida por la tasa de extracción, 64% más baja; diferencias desfavorables en cuanto al nivel de subsidios directos e indirectos otorgados en ambos países; altos costos financieros por necesidad de almacenamiento de granos por largos períodos; tasas de interés altas; existencia de barreras no arancelarias; producción no competitiva en granos y pastas oleaginosas; deficiente infraestructura de comercialización y; estructuras de consumo diferentes que distorsionan los precios internos. Sin embargo, y a pesar de dichas protestas, la porcicultura fue incluida en las negociaciones del TLC. Actualmente, a dos años y medio de vigencia del Tratado es necesario detenerse a reflexionar si éste ha cumplido efectivamente con los objetivos para los cuales fue diseñado o constituye un factor de atraso y estancamiento del sistema agroindustrial porcino mexicano.

Autores:

Sagarnaga Villegas, Myriam Leticia
Flores Verduzco, Juan José
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