16 May El Acuerdo Nacional para el Campo. Mito o realidad.
El 28 de abril de 2004 se cumple un año de la firma del Acuerdo Nacional para el Campo (ANC), por lo que se impone un análisis, una evaluación del mismo a un año de vigencia. Esta evaluación exige dar respuesta concreta a algunas preguntas clave: ¿Qué pasó con las 282 acciones que serían aplicadas de inmediato y en el mediano plazo?, ¿el ANC se ha quedado en un mero discurso?, ¿podríamos decir que los compromisos contraídos en el acuerdo por parte del gobierno federal se han cumplido?, ¿qué tanto los aspectos centrales, como la evaluación del TLCAN y la implementación de un presupuesto multianual rural, se han realizado?, ¿cuál es la percepción que tienen las organizaciones campesinas, en particular la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos –la que forma parte del Congreso Agrario Permanente y del Movimiento el Campo no Aguanta Más, MECNAM– sobre si el ANC ha sido un éxito total o parcial, si la mayoría de sus acciones se han realizado o no, o si el ANC ha sido un fracaso, a un año después de su puesta en marcha? Se podrá observar que a lo largo de este documento se acude a la noción de proceso histórico para rastrear el movimiento, considerando sus antecedentes, a saber, otros movimientos del campesinado, como lo fue el Movimiento campesino “Frente 10 de Abril”, que muestran que el movimiento se ha estado reinventando permanentemente y que sus resultados en diferentes sentidos (por ejemplo, avalar o no la reforma al artículo 27) son algo muy particular (también, por ejemplo, la firma del ANC) que no alcanzan a descubrir la estructura sobre la cual se desenvuelven, que van armando, modificando, etcétera. Visto el movimiento en el lapso de la última década, cuando se avalaron (por parte de algunas de las organizaciones campesinas) las grandes reformas que tienen al campo en la situación actual, como la del artículo 27 constitucional, y que mantuvieron tibieza ante la firma del TLCAN (y que paradójicamente no firmaron el ANC), apreciamos sin duda que la situación se ha modificado sustancialmente. Las reformas estructurales, como el TLCAN y el 27 constitucional, firmadas por algunas organizaciones, mantuvieron en ese momento separadas (en cuanto a posiciones sobre la política económica) a las organizaciones que consideramos clave (tanto por sus posiciones como por su incidencia) y las mantuvieron “separadas” en la firma del ANC.
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